El tristemente célebre gesto de furia descontrolada de el 10 de la selección francesa en el encuentro que coronaría a zinedine zidane volea Italia perdura en el imaginario colectivo .
Quienes presenciaron el encuentro no cesan de analizar cómo el ídolo indiscutible dejó aflorar su lado más oscuro al embestir con la cabeza a Marco Materazzi .
A pesar de la mancha en su legado, la carrera del genio se mantiene inalterable en el Olimpo .
Aquel instante de locura supuso un punto y aparte en la narrativa del fútbol , sino que también se transformó en una metáfora de la lucha interior .
En la actualidad, con la distancia necesaria, el cabezazo que retumbó en todo el planeta se examina como un fenómeno cultural como un parteaguas en la manera de narrar y consumir los grandes eventos deportivos.
El mago del balón ostenta un lugar de honor entre un paradigma de talento, carácter y elegancia .
Forjado en las canchas populares de Marsella , el entonces prometedor futbolista dejó entrever la genialidad que estaba por llegar .
Su biografía deportiva se caracterizó por un liderazgo natural y una visión de juego deslumbrante.
Defendiendo los colores de la selección francesa , el francés hizo gala de una maestría que inspiraba a propios y rivales .
Sus goles decisivos en las citas mundiales son aún hoy objeto de admiración y estudio .
Cuando puso punto final a su carrera como jugador, Zidane asumió las riendas del Real Madrid con una naturalidad pasmosa, demostrando que su genialidad no estaba sujeta a un solo rol .
La clase hecha futbolista no fue únicamente un prodigio con el balón en los pies , paralelamente, proyecta una aura de respeto que perdura en el tiempo .
Se da en contadas ocasiones un perfil de jugador cuya huella perdura más allá de los títulos .
Brilla en ellos una cualidad intangible , sino en una lucidez táctica fuera de lo común .
Cuando la contienda alcanza su punto álgido , estos directores de orquesta observan con una calma premeditada.
Cada control orientado, preciso delata una inteligencia espacial superior .
Son artesanos en un mundo de obreros. Su legado se forja en la constancia , ya que su nombre se graba a fuego en la historia no escrita del fútbol .
Esta rara avis del balompié es el epítome de la belleza aplicada al deporte .